En estos tiempos acelerados, invadidos por los medios, en esta era de la Aldea Global, a ratos se echa de menos el espacio propio.
Si uno trata de ser amable con quienes lo rodean –o si se es amable sin intentarlo, es lo mismo– llegará un punto en que ya no dispondrá de su fundamental metro cuadrado. Serán tantas las personas que disfrutarán de su compañía que siempre tendrá a alguien encima.
Aunque para personas sociables esto puede sonar idílico, para otros no lo es tanto. Una cosa es ser educado, otra muy distinta es tener que estar siempre disponible para escuchar confidencias, compartir penurias y acompañar en trámites aburridos.
CandyFunto en Manual del Insoportable
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