Ayer, 13 de agosto, soñé a mi papá (falleció el 10 de julio).
Después de media tarde tomé una siesta y cuando desperté lo había soñado.
Estaba en la casa del rancho, El Ocote, y apenas había oscurecido. Me asomé por la ventana y vi que por la casa de Don Benito venía bajando un vehículo, bueno veía las luces.
Extrañamente la ventana estaba en la recámara principal, y no en un cuarto adyacente, como en realidad está, o estaba al menos cuando vivíamos ahí. Pero así son los sueños, raros.
Las luces pronto llegaron a la casa y al darse la vuelta pude ver que era un taxi; y me sorprendí; si alguien había tomado un taxi para ir hasta el rancho debía ser porque iba en razón de una emergencia, o porque a esa hora ya no había transporte; pero yo pensé en una noticia de última hora, una mala noticia.
Rápido salí al portal y me encontré a mi papá entrando; se veía joven, no se unos 50 y tantos años; iba vestido con pantalón de mezclilla y una camisa de color claro; una de esas camisas Medalla que usaba para salir los domingos. Y llevaba sombrero.
Nomás alcancé a preguntarle de dónde venía en el taxi y me respondió: "De la casa de tu tía" y se pasó a otra parte de la casa, a un cuarto que sí existe pero que no tiene entrada por donde lo vi entrar.
Un sueño que me puso triste, pero también contento. Y que me pone triste escribirlo. Pero así son los sueños; y hay que escribirlos porque son importantes; aunque a ratos los ojos se empapen y no te dejen ver las teclas...
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