Aunque uno piense que el Sub Marcos está dormido, en realidad duerme con un ojo y el otro lo mantiene atento y como no tiene mucho de que ocuparse, puede redactar párrafos como este:
De llevarse a cabo, el desafuero del jefe de Gobierno de la ciudad de México pondría a nuestro país casi un siglo atrás en el calendario. Con más precisión: en 1910. Significaría, en los hechos, la anulación de la vía electoral para acceder al poder. Así, sin más. Desechando con desprecio la historia de México, la Presidencia está haciendo un uso patrimonialista del aparato judicial, y la clase política sigue en sus cálculos mezquinos para saber si la chequera cubre el ridículo que hará.
El desafuero no sólo es ilegítimo, también es ilegal. Cuando Gobernación, Presidencia, la Suprema Corte, el Poder Legislativo, el PAN, el PRI y esa parte del PRD que convirtió en negocio el aparentar ser de izquierda, anuncian con estridencia que la ley está por encima de todo, lo único que hacen es aumentar el rencor social que abajo se acumula. Por más anuncios, conferencias de prensa y soporíferos discursos y declaraciones de Gobernación y Presidencia, el desafuero es ilegal y no resiste el mínimo escrutinio jurídico que sea honesto. La insistencia de la derecha en mantener el asunto del desafuero en el terreno estrictamente jurídico no es más que una trampa: saben que legalmente el desafuero no se sostiene, pero saben también que la telaraña de las leyes en México puede ocultar lo ilegal... con leyes. Ya lo hicieron antes en ocasión de la contrarreforma indígena de 2001.
Claro, adivinaron, para meter su cuchara en el asunto del desafuero del Peje de Gobierno del Distrito Federal.
El comunicado completo puede leerse acá en La Jornada.
Pero no se ilusionen, el Sub Marcos es capaz de escribir cosas como esta:
¿Significa esto que apoyamos a López Obrador y que olvidamos la ya larga historia de traiciones e inconsecuencias del PRD? No. Es más, si en lugar de López Obrador la del desafuero fuera Marta Sahagún también nos opondríamos. El problema, te repito, no es de personas o tendencias políticas (después de todo, la derecha tiene muchos rostros... y siglas partidarias), sino de historia y de consecuencia política.
Y seguir tan campante fumando su pipa.
El chiste es opinar, estar bajo los reflectores, mantenerse vigente. Y en ratos hacer reflexionar a unos y encabronar a otros.
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